Comentarios de un experto en computación cuántica. Un amigo que trabaja en una empresa (creo que se les llama start-ups) de computación cuántica ha leído ávidamente mi anterior entrada "Paralelos" y me ha enviado unos comentarios que creo que pueden ser de interés para el lector. En primer lugar, me ha mostrado su sorpresa porque no mencionara el entrelazamiento cuántico. Bueno, las dos o tres lectoras que me siguen sabrán que he hablado muchas veces del entrelazamiento cuántico como uno de los motivos principales de que las tecnologías cuánticas vayan más allá que las correspondientes tecnologías convencionales. Ese no era el motivo principal de mi artículo en esta ocasión, sino sólo explicar cómo funciona un ordenador cuántico, en oposición a la idea habitual de un "montón de cálculos en paralelo". Sin embargo, es cierto que invocar solamente la interferencia y la superposición puede ser confuso, ya que, naturalmente, la interferencia y la superposición son fenómenos que se dan también en ondas clásicas como ondas en el agua, luz etc. Así, lo que sería "genuinamente cuántico" no es la interferencia y superposición en sí, sino el hecho de que esos fenómenos se den en sistemas como los bits cuánticos, que desde el punto de vista clásico no serían ondas, pero desde el punto de vista cuántico están descritos por una función de onda. Eso da lugar al fenómeno de entrelazamiento cuántico en sistemas de varias partes (por ejemplo, varios cubits), que no ocurre en ondas clásicas y que efectivamente es clave para que el fenómeno de amplificación de interferencia del algoritmo de Grover funcione. En el ejemplo con dos cubits, aunque el estado inicial es una superposición que no contiene entrelazamiento, el proceso siguiente contiene puertas lógicas que actúan a la vez sobre los dos cubits y los entrelazan. En mi descargo, señoría, diré que tampoco Scott Aaronson y Zach Weinersmith hacían referencia al entrelazamiento en su genial "La charla" (traducción de Ernesto Lozano), que era la inspiración de mi modesta entrada. Sin embargo, mi amigo no se impresionó lo más mínimo por este argumento, e incluso me acusó de caer en una falacia "ad verencundiam" (para que ven con qué cuidado hay que andarse hoy en día en las discusiones). El siguiente comentario hacía referencia a la naturaleza "oracular" del algoritmo de Grover (así hablan los expertos en computación cuántica, ya ven). En mi artículo, ese aspecto está escondido en algunos detalles del funcionamiento de la "app Grover" (que me inventé, claro), que clasificaría los números de teléfono y los nombres de los usuarios en "casillas" etiquetadas por 00,01,10,11, de manera que finalmente el algoritmo busca la etiqueta de la casilla. Bien, el comentario técnico es que, para listas muy grandes, ese "proceso de etiquetado" llevaria un tiempo similar al que uno gana en la búsqueda, de manera que no está tan claro que el algoritmo de Grover pueda ser muy práctico después de todo. En cualquier caso, el objetivo era mostrar un ejemplo sencillo y bonito, aunque académico, para mostrar las ideas básicas (que son las mismas que en otros más complicados y con más potencial práctico, como, por ejemplo, el algoritmo de Shor para factorizar en números primos grandes). Finalmente, el último comentario es el más importante, ya que ataca directamente a mi corazón de cinéfilo. Mi amigo me afeó mi traducción del célebre "shaken, not stirred" del famoso agente con licencia 00 al servicio de Su Majestad. Por supuesto, conozco el original, pero me pareció que muchos lectores apreciarían el guiño a los entrañables, aunque a veces defectuosos, doblajes al castellano que yo veía de niño. Vean, por ejemplo aquí la excelente explicación gráfica de Carey Lowell. Creo que mi amigo no era del todo consciente de la profundidad del debate que estaba abriendo: vean aquí las N traducciones distintas que se han hecho. Tal vez, algún día un algoritmo cuántico nos dé el resultado perfecto... (Publicado originalmente en SciLogs el 20/03/19).
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AutorCarlos Sabín. Investigador Ramón y Cajal en el Departamento de Física Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid. Desde 2015 hasta 2022 escribí el blog "Cuantos Completos" en la plataforma SciLogs de la revista "Investigación y Ciencia". Autor de "Verdades y mentiras de la física cuántica" amzn.to/3b4z1MO y "Física cuántica y relativista: más allá de nuestros sentidos" http://shorturl.at/bdLN0 Archivos
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